jueves, 20 de febrero de 2020

TESTIMONIO: Verónica Peralta, una madre de familia.


Y ASÍ APRENDÍ A DEFENDERME

El escándalo sobre las cartillas para fomentar el respeto entre hombres y mujeres, sobre todo que exista una igualdad entre ambos géneros, varios grupos feministas han incluido marchas de familias indignadas en varias ciudades por distintos casos de femicidio, ha puesto una vez más sobre el tapete el tema de la violencia contra la mujer. Espero que el testimonio de mi madre contribuya a entender, valorarse y superarse ante los prejuicios que persisten en esta sociedad machista.


Los celos y el amor no matan. Palabras que urge comprenderlo, porque cada minuto cuenta y cada segundo te cohíbe de la felicidad. El amor no lastima, no traiciona, no ofende, no frustra, no incomoda, y no da miedo. Pero para ella le llevo varios años darse cuenta que vivía en un ambiente donde no existía el amor y aun así no logra desligarse por completo del hombre que anulaba su moral, que maltrataba su cuerpo y su mente. Como hacerlo si era su pareja desde muy joven y es el padre de sus tres hijos. El cómo no es importante en este caso, lo crucial es para qué: “Aprendí a defenderme y lo deje para ser yo de nuevo, porqué llego el momento en el que me di cuenta que sus agresiones e insultos afectaban a mis hijos y cada día me destruía más, solo era una carga para mí, dejó de trabajar y todos las necesidades del hogar pasaron a mi completa responsabilidad, tenía que trabajar el doble para sacar adelante a mis hijos”, cuenta Verónica.

Casi 13 años de maltratos e insultos « hasta golpes contra el piso » y con tres hijos pequeños, lo que Verónica no contaba es que su expareja intensase matarla por varias ocasiones a causa de celos y que sus iras también la desquitara agrediendo a sus hijos.  « Él siempre decía que teníamos que obedecerle y que mis vecinos o primos eran mis amantes, no podía salir ni a la tienda, mucho menos ir a visitar a mis padres porque ya me caía a golpes, con decir que me costó mucho convencerle para que me dejara trabajar, me engaño en varias ocasiones que hasta tres hijos fuera del matrimonio tuvo, y con distintas mujeres».

Así durante varios años, «hasta que un día, mientras me pegaba vi a mis hijos llorar y esconderse debajo de un mueble, tapándose los oídos y gritando “ya no le pegues a mi mamá”. Fue ese día cuando saque fuerzas y sin importarme nada, me levante y lo enfrente, le metí un par de golpe con lo primero que encontré y de esa manera pude escaparme para pedir ayuda y abrazar a mis hijos. Ese día estaba muy borracho, y me perseguía, cuando de pronto apareció mi hermano y me defendió, no sé qué hubiera pasado si él no llegaba. Desde ese entonces cada vez que trataba de agredirme físicamente me ponía fuerte y lo retaba, a pesar de que tenía mucho miedo dentro de mí, le pedí varias veces que se fuera, pero siempre lloraba, se ponía de rodillas y me prometía que nunca más lo volverá hacer, como tonta e ingenua caía en sus palabras y lo terminaba perdonando.  Dejó de pegarme por un buen tiempo, para ser precisos, desde cuando lo amenace con denunciarlo. Ya no dañaba mi cuerpo, ahora me lastimaba psicológicamente y moralmente. Me basto veinte años para darme cuenta de que él no me amaba y que solo estaba en la casa porque no tenía a donde más ir, hace cinco meses me volvió a engañar y con sus gritos e insultos me quería echar la culpa de sus actos, esta vez le puse un alto y con el corazón en la mano lo saque de la casa sin importar lo que me dijera, pensaba en la tranquilidad y felicidad de mis hijos, pero sobretodo me enfocaba en mi tranquilidad, en mi libertad y felicidad ». 

Frases: 

"Por miedo a quedarme sola aguante varias veces el maltrato"
"Debemos aprender a amarnos y dejarnos amar de una buena forma"


 Autor: Jessy Quitiaquez

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