20 años: Los recuerdos siguen intactos.
Los años han transcurrido y las fotografías y documentos mantienen vivo el recuerdo de cuando el Sargento Castillo sirvió en el Marina del Ecuador.
Entre calles estrechas y casas antiguas. No
hay ninguna que destaque más que otra, un portón verde pintado con flores
amarillas parece tener cámaras de seguridad y un cartel pequeño que dice:
"Timbre aquí". Sale una señora amable y blanca como la nieve que
dice:
Mi esposo está en el estudio. Aquel marino
que fue a la guerra, cruzó varias millas en el mítico "Buque Escuela
Guayas". La pequeña sala cuenta con un cuadro de nudos marinos en medio y
un mueble esquinero lleno de balas, fotografías y reconocimientos que le fueron
otorgados alguna vez. Entre las fotografías una sombra de un hombre blanco,
rubio canoso, unos ojos verde agua tal vez como la que vio alguna vez en sus
viajes en alta mar se divisó a lo lejos era el Sargento Castillo. Su postura
perfectamente recta y su estilo militar no había cambiado con el paso de los
años. En un cuarto pequeño de la casa había un escritorio lleno de imágenes de
barcos y escudos de la armada, en un mueble de fotografías se puede ver a su
esposa, hija y a el mismo llevando su uniforme blanco y negro, en medio de todo
a pesar de los 20 años que han pasado su sombrero blanco sigue tan impecable e
intacto como la primera vez que lo uso.
El recordar todo lo que vivió día a día en la
marina hace que sus ojos se cristalicen y en su mente pasen una y mil imágenes
de todo lo que paso en aquella época de su vida desde sus 19 años; El encierro
en alta mar la tensión y la tristeza de estar alejado y sin comunicación con
sus seres queridos por más de 3 meses debido a la guerra con el Perú, son cosas
que aún no ha olvidado, así como no olvida que tuvo que dejar su carrera que
llego a amar tanto como a su familia por una enfermedad que en un inicio no fue
detectada, la mala administración y la poca compasión de los superiores
hicieron que tanto como él y su esposa la Sra. Lilia apoyen su decisión de
jubilarse a tan corta edad de 40 años ya que la distancia que implica un pase
de la Sierra a la Costa más una enfermedad crónica que casi acaba con su vida
escribieron su destino y pusieron fin a una carrera que para él no debió
terminar así.
Pero todas las historias en alta mar en el Buque “Eloy
Alfaro” y en el buque “Escuela Guayas” guardan historias entre la proa, popa,
velas y ancla guardan miles de historias no solo de uno si no de cientos de
marinos que jamás olvidaran aquellos viajes a las islas encantadas y al canal
de panamá, más de 5 días de viaje ver el mar en todas las tonalidades posibles
que el sol puede reflejar, dice el Sgto. que si le dieran la oportunidad de
elegir otra profesión volvería a ser marino.
DATO
Se
recluto en la marina cuando tenía 19 años.
Se
jubiló con el grado de Sargento Primero a los 49 años.
AUTORA: CAMILA CASTILLO
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