Jorge Cabascango; héroe sin capa
Momentos duros, pasiones y tristezas, son parte de la caja de recuerdos de un militar pasivo
No es ni un personaje conocido ni
famoso, es una persona sencilla y humilde. Él se destaca por el amor que tiene
hacia su familia y a sus hijos. En una mañana fría, el viento soplaba a mil, el
sol salía rara vez, pero aquel lugar, lleno de gente humilde y trabajadora. Nació un 4 de julio de 1960
Jorge Alfredo Cabascango Escudero, uno de ocho hijos. Un señor vigoroso, humilde y de carácter
fuerte en la ciudad de Otavalo, en el cantón Imbabura. A las 2 de la mañana, en
el hospital San Luis de Otavalo, este cantón era muy pequeño en
crecimiento pero en la actualidad es muy
habitado. Él tan soñador y juguetón. Vivió toda su infancia hace
aproximadamente 25 años, apasionado por el deporte especialmente por el
atletismo.
Actualmente ha cumplido 60 temporadas, cada año los ha
disfrutado con su sonrisa perfecta, para el cada año que cumple lo recuerda con
la independencia de Estados Unidos porque es la fecha en la cual el marco su
inicio y pudo ver por primera vez la luz del planeta en sí. Cada año es un
nuevo comienzo y una nueva etapa en la cual aprender, con su caminar lento y
con cada hazaña que logra, llena de orgullo a toda su familia.
He ahí con su piel obscura, sus ojos
color negros, tan negros como la noche, pero soñadores, como todos, su metro 68 de estatura refleja el
porte de una red de vóley. Su nariz remarcada, su frente amplia y arrugada. Su
rostro ovalado, sus labios voluptuosos acompañado de su bigote cano, y su voz
gruesa y frondosa. He ahí aquel papá soñador que desea lo mejor para sus hijos,
que sigan el camino del bien y que no decaigan por tropiezos.
Su infancia empezó en la escuela 10 de Agosto, una
institución renombrada en ese entonces, se dedicaban en dicha escuela en
jornadas de 2 labores en la mañana y tarde.
Cada amanecer llevaban un trozo de
leña para el desayuno escolar, el muy comedidamente ayudaba a sus padres en los
que haceres del hogar y en el trabajo de ellos de Otavalo. Su Padre muy
trabajador era conserje de la escuela Gabriela Mistral y su Madrecita tenía un
puesto en un mercado llamado “24 de mayo”· Ahí, su familia sencilla todas las mañanas los fines de semana se
dedicaban a la venta de legumbres. A sus inicios él se dedicó a trabajar desde
muy niño. Don Jorge era parte del trabajo adquiriendo productos para la venta en dicho lugar,
recorriendo largos viajes como de Ecuador a Madrid con tal de ayudar a su
madrecita en su labor diario y sencillo.
Apasionado por una Ingeniería decidió
estudiar por 2 años, pero se le presento por sorpresa entrar a la vida militar
como técnico electrónico, pero para ello debió entrar a la universidad ESPE y
cumplir con este reglamento.
Esta carrera de las armas era la más segura en la remuneración
económica debido a que no se podía encontrar una carrera si no se tenía un estudio
previo, lo hizo por ayudarle sus papás atener una estabilidad económica ya que
ellos no la poseían.
Él menciona con mucha seguridad
“Yo no tenía afinidad para ser militar
pero estas situaciones me obligaron a hacerlo”
Siguió su rol militar y cumplió con el
grado de cabo primero hasta el grado de
suboficial, es ahí donde se apaga la llama de este humilde caballero.
Dentro de su hogar su relación
matrimonial ha tenido sus altos y bajos, pero han sabido sobrellevarlo junto a
su esposa, por lo que cumplen actualmente 34 años de casados. Su esposa lo
conoce y menciona que a él le gusta la rectitud, y no le gustan las mentiras.
En problemas matrimoniales se
manifiesta el enojo, el orgullo y el capricho.
En la vida militar, él aprendió
todo, estar ligado a esa vida de orden,
disciplina, el respeto la lealtad y
puntualidad, estos atributos los ha mantenido
y le han ayudado a ser una persona correcta y bien formada. Por otro
lado, el lado malo, por momentos de diversión con sus amigos el vicio casi lo
acaba
Ha tenido que sobrevivir a varios
retos, a varios peligros y a varios tropiezos que el duramente ha logrado
superar con ayuda de su esposa, e hijos.
Hace 45 años se dedicó al vóley su
única pasión deportiva, en el cual él se desenvolvía sin ningún problema entregado alma corazón y
vida en cada partido, todo por disfrutar, distraerse y por diversión.
Su Familia, su otra pasión la cual él
desea que todos tengan éxitos y bendiciones en todos sus aspectos, el junto a
su esposa e hijo viven en Sangolquí casi 18 años.
¿Momentos duros?. Si lo ha tenido, En
el ámbito del trabajo desde temprana edad en una ferretería ocurrió la primera
desgracia en el cual se cortó la mano con una hoja de zinc, le educaban
cociendo medias en la ciudad de otavalo para que él pueda estudiar.
Por otro lado cuando cayó en el vicio
del alcohol y el tabaco, por un momento
creyó que lo tuvo todo pero por otro lado lo perdió, su mujer y sus hijos a
punto de abandonarle por ese vicio, ese vicio que es fácil entrar pero difícil
salir.
Luego de la guerra del 95 en la vida militar salió a jugar futbol, en
la pelea de una pelota, en el cual en pleno salto recibió un golpe impactante,
en el ojo tan doloroso que casi le deja ciego de un ojo, pero el muy devoto a
dios nunca perdió la fe y pudo
recuperarse en 90 días, lo otro fue como
civil integrándose como militar en
servicio pasivo en un campeonato inter fuerzas recibió un bajón de brazo que
casi acaba con su pasión, el vóley,
actualmente sigue con ese dolor pero mediante rehabilitaciones ha recuperado su
sueño de jugar como lo hacía hace 30
años.
Pero su mayor momento de tristeza, fue
ver fallecer a sus 2 seres queridos a 2
personas que le dieron la vida, sus
padres quienes hoy en la actualidad no están a su lado, pero están siempre
dentro de su corazón.
Su carácter un poco fuerte por sus
años en la milicia refleja el orden, la disciplina y la autoridad que le
caracterizan. Su mayor debilidad es ser muy abierto, estableciendo el grado de
confianza, es explosivo como un volcán,
su magma sale hasta desahogarse, su ira
se concentra como un magma caliente que sale hasta apagarse al recibir una mala
o peor noticia
Su
hogar, es humilde, sencillo, no es extenso, es pequeño, no tiene
riquezas, tiene lo fundamental; el amor, la comprensión y el cariño de su
esposa e hijos que lo esperan siempre con una sonrisa al llegar a casa.
Su hogar, un pequeño espacio rodeado
de un ambiente alegre, humilde, sencillo y rodeado de personas maravillosas,
sus hijos profesionales, posee 2 nietas
que son para él como 2 hijas más. Sus momentos difíciles, le ocurrió haciendo
lo que le gusta, el deporte, pero cada cicatriz o cada suceso para él es un
recuerdo, que lo lleva siempre en su corazón como una caja fuerte.
Su mejor experiencia fue en su
traslado al Sur Oriente, en el sector de Patuca Gualaquisa cuando fue
transferido paso 2 años de su vida, aprendió a administrar una hacienda,
administrar los productos que salían, produjo dinero con las reses y frutas,
fueron muchos réditos pero lamentablemente le transfirieron a la comandancia y
posteriormente se retiró.
En su estadía militar se ha trasladado por distintas
ciudades como Loja, Ambato, Riobamba, Amaguaña, y finalmente retirándose de ese rol en Sangolquí,
cumpliendo el nivel de suboficial primero, abandono esa vida para estar con su
familia. Sintió que su cuerpo ya no le daba más, y opto por quedarse en casa.
Por la situación económica y por su
trayectoria se dedicó a varios empleos, uno como supervisor de seguridad,
también como transportista escolar que duro 2 años, y actualmente es inspector de seguridad, su
experiencia y su sapiencia le han permitido a su edad seguir trabajando para
tener un sustento para su hogar.
Él, un jugador reconocido en su ciudad
natal, en campeonatos entre Militares, y una persona trabajadora sencilla y de
carácter poco variable, hoy es el orgullo de su familia.
No cambiaría nada de su vida porque lo que él vivió fue lo mejor y eso
queda en su recuerdo, tal vez su actitud sea cambiante y le hagan olvidar de su
estabilidad económica como un tropiezo, pero lo que él no puede olvidar es su
familia que es una reliquia para él.
Frases:
“No he hecho nada bien en mi vida,
pero todo lo que yo he hecho lo he hecho con la mayor responsabilidad”.
“No puedo retroceder el tiempo para decir volvería
a nacer ahí o ser multimillonario lo que yo cambiaría es ser yo pero más sensible y
cariñoso porque las preocupaciones me hacen olvidar eso”.
Autor: Kevin Cabascango
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