jueves, 20 de febrero de 2020

Perfil: Una niña ansiosa por vivir

Empezando por su distintivo, toda ella es peculiar.

Una niña emocionada por vivir

Disfruta de los días soleados en los que puede jugar fútbol, y comer helado en el parque.


Al entrar a su habitación, nuestra atención se centra en un librero donde tiene toda clase de tesoros, desde los juguetes a los libros que más feliz la han hecho, así lo asegura su hermana Benecir “no le gusta que toquen sus cosas, se enoja si le llegan a perder algo” (fuente).
La madera abunda en la habitación desde el suelo hasta el techo, la cama, el escritorio, la biblioteca y el armario, todo es hecho de madera, lo que produce un contraste rústico entre su cuarto la tonalidad verde que este tiene, y las cosas que allí conserva.
Adalía García (fuente), nació en Quito el 20 de Julio del 2007. Sus padres también quiteños, se separaron cuando ella tenía 3 años de edad, desde entonces vive con su madre y visita a su padre los fines de semana.
Realizó sus estudios iniciales en la “Unidad Educativa Santa Dorotea”, en donde se mantuvo hasta el último año de escuela. Actualmente se encuentra cursando Octavo año en la “Unidad Educativa Capitán Alfonso Arroyo”, sin embargo ella planea volver a su anterior institución.
En cuanto a su especialización, planea seguir algo enfocado al arte, su mayor aspiración es convertirse en actriz, contradiciendo el  deseo de su madre Leticia Pinto (fuente) quien preferiría algo relacionado con la administración. 
Adalía es una niña tierna y algo torpe, posee unos enormes ojos saltones verdes, capaces de hipnotizar, dentro de ellos abunda inocencia y amor, aunque, cuando algo la lastima suelen cambiar su seño y reflejan señas de dolor. Su cabello es negro, largo y ondulado, la forma en que cae por sus hombros hace centrar la atención en su rostro y cuello perfilados, creando un bello contraste con su test clara; en cuanto a su contextura tiene una gordura norma, es muy adorable. 
Tiene una amplia sonrisa, sus dientes parecen pequeños granos de choclos. Su risa es elevada y contagiosa, parecería que tiene escalas, va como en aumento, como si alguien subiera el volumen. Sus manos tiemblan siempre que está nerviosa, o algo le asusta, se puede evidenciar en sus dedos varios mordiscos, producto de estas emociones.
Actualmente vive en el sur de Quito junto a su madre y sus dos hermanos (Benecir y Joaquín), en una casita pintoresca, de mediana extensión. Lo que más ama de este lugar es el patio, así lo asegura,  pues es donde junto a su pastor alemán Lucas y su hermano Joaquín, juegan en las soleadas o lluviosas tardes que la ciudad ofrece.
Su atuendo favorito es un pantalón otavaleño que su hermana le obsequió para navidad, es de tonalidad azul en su mayoría, posee pequeñas franjas celestes, negras y moradas que hacen que tenga un característico color “espacial” como ella lo llama. Su comida favorita sin duda son todo tipo de golosinas y la que menos le gusta es la sopa. Disfruta jugar futbol y salir al parque a comer helado, jugar baraja y escuchar música (se inclina más por los ritmos suaves),  se declara abiertamente feminista, y amante del medio ambiente, es una niña multifacética, ella dice “me gusta mantenerme ocupada y hacer cosas provechosas con mi tiempo libre”
Adalia se encuentra en paso de la niñez a la adolescencia y siente mucha emoción por descubrir las aventuras que le depara el destino, “aunque ni yo me entienda, sé que conseguiré hacer algo grandioso e importante” asegura.

“Aunque ni yo me entienda, sé que conseguiré hacer algo grandioso e importante”

“ 

"Me gusta mantenerme ocupada y hacer cosas provechosas con mi tiempo libre” 

Autor: Benecir Vega. 

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