Bailar, cambia la vida.
¿Sabías que en una clase de baile se puede perder entre 250 a 800 calorías en una sola sesión?
Las
clases de baile son un ejercicio estupendo para el corazón. Se calcula que se
pierden entre 250 y 800 calorías en una sesión de baile esto ayuda a cambiar el
estilo de vida de las personas.
Antes que nada, tengo que confesar —con bastante culpa
interna—, que jamás me preocupé por mi salud o mi físico hasta que empecé a
bailar. Mi nombre es Camila Castillo. Soy estudiante de periodismo y soy
bailarina de un grupo de Danza Nacionalista desde hace ya varios años. Siempre
me dedique a los estudios —por ende, comer siempre en la calle o cosas
grasosas—, y a mi familia, jamás me preocupe demasiado por cómo me veía y por
mi resistencia física. Pero, por fortuna, nunca es tarde para cambiar el estilo
de vida que se lleva día a día.
Cuando empecé a bailar, en apenas un solo repaso de una hora
me daba un grave dolor de piernas y abdomen, y esto provocó que prendiera mis
alarmas. Al inicio pensé que era porque no estaba acostumbrada a realizar
ejercicio. Fui a visitar a un doctor y me hizo caer en cuenta de la importancia
que tienen mis músculos en la vida cotidiana. Creemos que nuestro cuerpo
siempre responderá de buena forma a todo lo que le exijamos, pero si no nos
cuidamos comienzan a debilitarse.
Y mi cuerpo comenzó a sufrir las consecuencias. Al levantarme
por las mañanas sentía mi cuerpo muy pesado y me costaba un poco más. Fue
entonces cuando todas las palabras que el doctor me dijo una vez rondaban en mi
cabeza, el cuidado en la comida, más ejercicio físico y menos alimento grasoso
tendría que estar en mi mente y en mi vida de ahora en adelante si quería
seguir bailando.
El único objetivo que tenía en ese momento era mejor mi masa
muscular y fuerza, así que me puse manos a la obra y arranqué con el ejercicio.
Empecé haciendo una dieta estricta y realizando ejercicios sencillos. Con el
paso de los meses, la constancia, la alimentación balanceada, y haciendo mis
ejercicios diarios mi cuerpo comenzó a cambiar y a mejorar mi resistencia de a
poco. Y caí en cuenta que muchas veces uno pone la excusa de que no tiene
tiempo, o que está muy ocupado, pero son excusas simplemente nos gana la
pereza. Así que desde hace ya unos años dedico al menos 2 a 3 horas diarias a
ejercitarme regularmente, y ya he tomado una rutina que me ha cambiado la vida.
Además, alimentarme bien me ha servido para sentirme mejor conmigo mismo y
saludable también.
Y
aunque es difícil empezar nunca es tarde y más si amas lo que haces.
DATO:
Dedico
al menos 2 a 3 horas diarias a ejercitarme.
FRASE:
Y
aunque es difícil empezar nunca es tarde y más si amas lo que haces.
AUTORA: CAMILA CASTILLO
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