La primera vez duele, si no hay preparación
La
urgencia de Gianluca por conseguir una noticia de tarea casi frustra su “debut” en el periodismo.
Las
primeras veces deberían ser especiales o, al menos, memorables. La
primera noticia que quise realizar se ubica solo en la segunda
categoría. Para cuarto semestre tuve la tarea de escribir una
noticia sobre mi comunidad. El primer tropiezo fue esperar que ese
acontecimiento noticioso suceda y que este me atraiga hacia él.
A
una semana de la entrega, la presión me obligó a empezar la
búsqueda. Aún con calma, por el tiempo que aparentemente me
sobraba, salí un sábado a averiguar “noticias”. Una falta de
ánimos y confianza limitaba mi percepción periodística. Cuando
pasé por la iglesia del barrio, un afiche llamó mi atención. Una
especie de misa para la comunidad inmigrante venezolna iba a suceder
dentro una hora. Tomé esa oportunidad sin pensarlo, aunque haberlo
hecho habría sido de utilidad.
Cuando
pregunté información sobre los organizadores, lo único que recibí
fueron miradas de extrañeza y comentarios desinteresados. El tiempo
corría y sabía que las campanadas de la misa se acercaban. Frente a
la falta de resultados, tuve una idea deshonesta. Acomodé mi
cabellera y preparé mi celular y audífonos como grabadora. Ya no
era un estudiante desesperado por una noticia, fingí ser un
periodista de un medio imaginario.
La
simulación me dio respuestas diferentes. Conseguí contactos.
Expliqué mi interés en cubrir la situación. Cuando accedieron a
la entrevista, noté que no había preparado cómo abordar.
Habría
sido sencillo si conociera lo que trataba, pero mi distancia con la
Iglesia Católica, y la religión en general, repercutió en
ignorancia sobre estos rituales y santos. Mis preguntas se
tambaleaban y ellos respondían con tranquilidad asumiendo mi
comprensión. Alguna virgen fue mencionada, algún versículo
también. La desorientación dejó que las fuentes tomen control de
la entrevista.
Estaba
ruborizado. Pensando que era suficiente, decidí cortar. Solicité
permiso para entrar a la capilla y tomar fotografías. Me invitaron a la misa, pero mi conciencia no pudo más.
Este
despecho terminó cuando observé que los audios no se guardaron
correctamente. Debía buscar otra noticia, ahora con menos tiempo para la
entrega. Pero al menos no tendría que volver a escuchar mi
vergonzosa voz preguntando cosas que no entendía. Me fui
avergonzado, pero tranquilo.
DATO
La
Parroquia Salesiana “San Juan Bosco” de la Kennedy realizaba una
misa en honor a la Virgen del Chiquinquirá,
también conocida como “La Chinita”. En Venezuela es festejada
cada 18 de noviembre.
Por: Gianluca Monroy
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