miércoles, 19 de febrero de 2020

TESTIMONIO

Migración 

UN VIAJE CON DESTINO A LA DISCRIMINACIÓN

Katheryn Paucar

María Palencia abandonó Venezuela debido a la crisis económica. Actualmente vive en Ecuador vendiendo ponqués. Ella indica que la migración altera los esquemas de una vida establecida.
"Yo llevaba una cotidianidad normal. Diría que buena, allá yo estudiaba y pasaba en casa, a veces vendía dulces para mis cosas. No era necesario, pero eran gustos que yo quería.  
Sin embargo, la situación del país se tornó algo difícil, ya no había para comprar comida o insumos. ¡No podía pagar mi universidad! Entonces, tuve que salir de Venezuela. Me dolió dejar a mis padres, amigos y mis estudios. Yo estudiaba psicología y estaba en sexto, solo me faltaba tres trimestres para terminar, pero ¡a resignarme pues! 
Al elegir mi destino para emigrar no hubo problema porque con mi novio habíamos planeado que él venía primero a Ecuador y luego llegaría yo. Mi travesía hasta este país no fue peligrosa ¡Gracias a Dios! Salí de Valencia, después de 12 horas llegué a San Antonio del Táchira, luego pasé la frontera hasta Cúcuta, y dentro de dos días estuve en Rumichaca. Posteriormente, arribé en Quito, esta ruta duró tres días; el viaje estuvo a cargo de una compañía, algo así como asesores de viaje para migrantes.  
En mi estadía en el país he llegado a la conclusión de que los ecuatorianos y ecuatorianas son más liberales ¡hay cosas que se deberían reservar para lo privado, pero aquí lo hacen en lo público! También que hay mucho rechazo al extranjero migrante, digo esto porque he sido víctima de discriminación en dos ocasiones y no siento que las personas tengan empatía o reconozcan la necesidad con la que llega un migrante”.

FRASE: "Nos dicen cosas, pero no saben que uno viene al parque bien temprano y se va bien tarde” (María Palencia). 

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