Sebastián Calahorrano, estudiante de bachillerato
Sebastián Calahorrano: Vida,
risas y golpes
Con 17 es difícil indagar sobre el pasado y el presente. Sin embargo, Sebastián
lo intentó y este perfil lo comprueba.
Tras una breve búsqueda en
línea sobre el nombre “Sebastián”, un sitio me arrojó que así se llaman quienes
poseen una personalidad impredecible. Su padre, desconociendo este significado,
decidió ponerle “Sebastián Miguel”. “Sebastián” por Sebastián Palomo “Linares”
y “Miguel” por su padre, Miguel Calahorrano. Ambos, toreros. Sin embargo, él nunca
se decantó por los “trastos” ni el toreo.
Nació el 16 de septiembre del
2006, una semana antes de lo previsto. Su mamá, profesora de lenguaje y su
padre, torero profesional. Desde chico, fue “el más…” de los cuatro varones
nacidos bajo el seno de su familia. Era el que más lloraba y peor se
comportaba, tanto que significó un suplicio, para sus padres, su entrada al
jardín y posteriormente, a la escuela. De esta manera pasó su niñez: llena de travesuras,
alegría y, en parte, accidentes. Los riesgos que corre un niño inquieto, sin
consciencia del peligro, significaban un ardua labor en la crianza de Sebastián
y, en ocasiones, ese mismo brazo protector no era suficiente para mantenerlo a
salvo. Las cicatrices en su cabeza son prueba de ello.
Hoy, estos recuerdos se
transforman en risas por parte de quien los relata. De igual forma, como hace
10 años, sigue viviendo en “El Desvío”, dentro de un conjunto de casitas de
colores. La suya es una de las pocas que permanecen sin pintar, aunque esta
ausencia estética es compensada con el pequeño bosque de bonsáis que Mayra exhibe
fuera de su hogar. La edificación, a pesar de ser poco espaciosa, posee tres
plantas. En el segundo piso, vive Sebastián junto con uno de sus hermanos.
Aquel lugar, repleto de recuerdos, vio a los niños crecer y a Sebastián
experimentar su faceta de niño temerario, la misma que hoy rememora entre
carcajadas.
Sus tías Alejandra y
Elizabeth, al igual que su madre, han observado un cambio en aquel niño
extrovertido, hasta el punto de considerarlo un chico rebelde, un tanto
abstraído y con “mala cara”, pues “no sonríe mucho” según su mamá. No sale a muchas
fiestas y es de pocos amigos. Pero, según él, los que tiene son los mejores.
Por ahora, se centra en sus estudios, la graduación
y seguir con la música que crea en sus ratos libres. No habla tanto del futuro,
ya que en éste está involucrado uno de sus miedos. No obstante, es un chico que
tiene ganas de seguir por la senda en la cual transita. Acompañado de su
familia, amigos, risas y miedos. Todo un personaje.
FRASES
En 10 años, Sebastián tendrá 27 años. Ya lo veo como un adulto y espero
que sea un adulto tan responsable que no tenga yo que estarle levantando de la
cama y mandándole a vender Bonice en la esquina.
- Mayra Morales, madre de Sebastián.
DATO
Actualmente, Sebastián Calahorrano cursa su último año de bachillerato en la Unidad Educativa “Sagrados Corazones de Rumipamba”.
PERFIL POR: JULIAN CALAHORRANO
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