Entre la espada y la pared
EL SACRIFICIO POR LLEGAR AL ÉXITO
A veces hay que dejar de lado el confort que nuestros padres nos han
dado y salir en busca de nuestros sueños. Tal vez, desempeñarte o hacer algo
que no va contigo es un pequeño esfuerzo que realizas para lograr tus objetivos
Me
llamo Alejandra y tenía 23 años cuando al fin pude ingresar a Eifa (escuela
de teatro) a realizar mis estudios en el campo de la actuación. Al principio
mis padres no me apoyaban, ellos querían que siga una carrera que me ayude en
un futuro a realizarme profesionalmente y poder sustentarme e independizarme,
eso era lo que me detenía a pensar si lo que estaba a punto de decidir era lo
más acertado y asegurarme de que el día de mañana no me iba arrepentir.
Después
de que mis padres aceptaran mi decisión inmediatamente me anime a realizar
todos los trámites para el ingreso, al principio fue duro, tuve miedo de
fracasar en lo que más quería y que me digan que ya me lo habían advertido.
Una vez que entre todo fue mejorando. El ambiente, mis compañeros, mis
profesores y todo lo relacionado a la academia me encantó.
Todo
iba bien hasta que cuando cursaba segundo semestre mis padres me quitaron el
apoyo económico, porque estábamos pasando por delicados problemas de dinero y
esta escuela de artes es un poco costosa. Fue entonces que decidí buscar un
trabajo para no tener que retirarme ahora que ya estaba estudiando. Nunca
pensé que era tan complicado conseguir empleo y llego un momento en que me
desespere y creí que lo más conveniente era dejar la escuela de artes porque
sabía que ya no iba a poder pagar. En ese entonces cuando ya me desanime
totalmente llego la oportunidad que estaba esperando. Me llamaron de una guardería
para trabajar con niños pequeños, la verdad me sorprendió mucho porque de
tantas carpetas que envié y entregué en distintos lugares jamás pensé que me
llamarían de ahí. Me habían recomendado entonces fue por eso que me llamaron.
La verdad no me lo esperaba, ya había trabajado antes con niños porque cursé
un semestre en parvularia y pues me di cuenta que eso no era lo mío, era lo
que mis papás querían para mí, fue por eso que me retire porque sabía que iba
a fracasar.
Acepte
el trabajo porque necesitaba, al principio fue difícil. Es increíble pensar
que puedo tener paciencia con todo mundo pero mi inconveniente era con niños.
Poco a poco me tuve que adaptar al ambiente y saber que el sacrifico o
esfuerzo que estaba haciendo era por lograr mis verdaderos objetivos, cumplir
mis metas. No me arrepiento de la decisión que tome, mis padres me apoyan y
eso me impulsa a seguir adelante, saber que no estoy sola y que los tengo
incondicionalmente aunque no les guste al cien por ciento que estudie
actuación saben que eso me hace feliz.
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Dato:
Actualmente
tiene 25 años de edad.
A
los 20 años ingreso a estudiar auxiliar de parvularia.
Autora: Erika Tandazo
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