Darwin, “el señor de
los libros”
Desde niño vendía productos en Loja con su padre. Luego ofrecería libros para los futuros chefs en Quito.
Siempre viste de traje para ir a su trabajo, no sin antes rezar por al menos 15 minutos en las mañanas y despedirse de su familia. Posee una estatura mediana y su cabello suele formar una melena rizada negra. Visita a varias escuelas de gastronomía en Quito ofertando libros y conversa con todo el trabajador o estudiante de dichas instituciones, hace bromas y disfruta de su profesión. Ese es Darwin Ponce, el vendedor de libros.
Nació en Paltas el 7 de octubre de 1967. Darwin Ponce viene de una familia humilde que vivía en un caserío llamado “Cola”, una zona rural del cantón mencionado, en la provincia de Loja. Surgió de la unión de Miguel Ponce y Balbina Aguilar, ambos campesinos y es el décimo de catorce hermanos. Realizó sus estudios primarios en Cola y a los 20 años viaja a Quito. Terminó la secundaría y empezó a trabajar vendiendo distintos productos de primera necesidad antes de llegar a los libros. Ingresó a la Universidad Central del Ecuador y obtuvo su licenciatura en Comercio y Administración y conoció a su futura esposa quien le ayudaba en sus deberes académicos.
Abraza, mima y ama a sus tres hijos: Wendy, Esteban y Lucero. Los consiente y los cuida siempre como menciona Wendy Ponce, su hija mayor que vive en Cuenca por razones de estudio y recibe llamadas de Darwin todos los días. En dichas llamadas él se preocupa por cómo está su primogénita. Con Magdalena Nolivos, su cónyuge, es un tanto serio. Pero, siempre la sorprende con detalles inesperados como rosas o peluches. Trabaja de 9 de la mañana a 9 de la noche, pero no suele hacer los quehaceres domésticos de forma regular.
En el año 1994, fundó el Centro Cultural Evolución y desde el 2005 se especializó en la venta de libros de gastronomía, una de las instituciones que siempre suele ir es al Culinary Arts School, cuya sede se encuentra al norte de Quito. Allí conversa tanto con los docentes, administradores y estudiantes de temas deportivos, políticos y religiosos. Es imposible aburrirse con él comentó Juan Carlos Fernández gerente de esta institución.
Cuando no está en las escuelas de gastronomía se encuentra en su oficina y centro de operaciones del Centro Cultural Evolución, en el Centro Comercial Quitus. Le gusta recrearse jugando fútbol, o vóley. Cuando no trabaja pasa tiempo con su familia los días domingos en un terreno que tiene ubicado en Guayllabamba, al norte de Quito. Siempre que está en vacaciones o hay algún feriado busca viajar a Loja para visitar a su madre Balbina, quien es la única de sus progenitores con vida.
Frase
“Gracias a los libros pude estudiar y obtener mi título”
Darwin Ponce, vendedor de libros.
Dato
16 centros de formación de profesionales de la cocina entre institutos, universidades y escuelas son los lugares en los que trabaja Darwin Ponce vendiendo libros de gastronomía.
Autor: Esteban Ponce
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