Jenny Guayanay, una persona que no para de trabajar
“BUENA MADRE, ESPOSA Y AMIGA”
Nació el 1 de marzo de 1991 en el cantón Amaluza de la provincia de Loja, en donde vivió hasta los cuatro años. Creció en Palanda, Zamora Chinchipe, y posteriormente pasó a vivir a la ciudad de Quito.
Jenny, de 28 años, prefiere vestir ropa cómoda dentro de
casa. Su licra azul, abrigo turquesa y
zapatos deportivos forman el vestuario ideal para el ajetreo de todas las
tardes de lunes a sábado. Los jeans,
las blusas formales y los tacones los reserva para el domingo, día que disfruta
junto a sus tres hijos de un paso en el parque o una salida a algún
restaurante. Muy pocas veces se decide por descansar en casa.
Mientras prepara “la venta”, Jenny conversa y ríe con su
hermana Maritza. Son pocas las ocasiones en las cuales su agradable sonrisa se
ausenta de su redondo y blanco rostro, en el cual encajan perfectamente sus
grandes ojos color café, su nariz puntiaguda y sus labios gruesos. Su carácter
tranquilo cambio cuando sus hijos desordenan el departamento o cuando su hijo
no estudia.
Constantemente se mueve del refrigerador al mesón de la
cocina. Va por las verduras, pica y vuelve por algún ingrediente que se le
olvidó, y al caminar se detiene a tocar su rodilla derecha que últimamente le
ha causado molestias.
Falta poco para las cinco de la tarde y Jenny se apresura a
guardar todo para salir a trabajar, pero se demora mucho, a pesar de que su
hijo mayor, Karil, le ayuda a sacar “la venta”. La impuntualidad es uno de sus
grandes defectos.
Una vez que instala su negocio espera sentada a los
clientes. Pero pronto llega su amiga Teresa a hacerle compañía como todos los
días desde hace diez años cuando Jenny llegó a Quito dejando atrás Zamora, el
lugar en donde creció y vivió con sus padres, Santos Guayanay y Carmen Guayanay,
además de sus nueve hermanos, siendo ella la segunda hija.
Cuando le pregunté:
-¿Tienes algún recuerdo de tu infancia?
Ella respondió:
-Me gustaba bañarme en los ríos.
Los paisajes naturales le fascinan, y su amor por las
plantas explica el hecho de que el balcón de su departamento esté ornamentado
con flores de vistosos colores.
Teresa dice que su amiga
es una persona a quien “le gusta compartir y llevarse bien con sus amigos. Es
una buena madre, esposa y amiga”. Frases: "En los momentos tristes trato de estar feliz, seguir adelante sonriéndole a la vida"
Escrito por: Jessica Guayanay
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