jueves, 20 de febrero de 2020

PERFIL.
LA MILICIA, UNA PASIÓN QUE PERDURA.

La vida militar no solo se trata de trabajo o de vestir un traje verde, se trata de convicción y pasión.

     Milton Túquerres, entró como conscripto, pasó veinte años en el Ejército y ahora tiene un negocio de elementos y vestimentas militares, por lo que, no se ha desvinculado totalmente del ejército.
     Nació el 20 de agosto del año 1974, es el segundo de entre cinco hermanos. Terminó el colegio y aprobó el curso de nivelación de la universidad. Sin embargo, no continúo con sus estudios. Su espíritu trabajador y emprendedor, lo motivó a que desde muy joven abriera dos tiendas de abastos y un taller de sastrería.
     El 2 de junio de 1994 entró al Ejército, un año después lo enviaron a la provincia de El Oro al conflicto del Alto Cenepa. Pasó ahí cuatro meses con la incertidumbre de no saber si volvería con vida a su tierra junto a su familia. Le gustó tanto la vida militar que en 1997 se graduó en el Ejército. Sus padres lo apoyaron constantemente de forma emocional y económica.
¿Se arrepintió de haber entrado al ejército?
De ninguna manera, Yo estuve conforme con lo que hice, y era una de las cosas que me gustaba en la vida.
     La milicia ha sido un campo amplio de conocimientos y de formación para él, sin embargo, ha requerido de un enorme sacrificio al estar lejos de la familia. Para Martha, mi madre, el trabajo de un militar es complicado, más si tiene familia, porque al estar lejos se ha acostumbrado a estar solo, ha dejado a la familia de lado.
     En las reuniones familiares, mis padres siempre recuerdan con lágrimas en sus rostros esa mala experiencia que tuvieron en Riobamba cuando yo tenía tres o cuatro años, cuando explotó una bodega de material bélico en el cuartel en el que mi padre se encontraba prestando sus servicios.
Nosotros lejos de la familia, situados en un albergue, viendo como llegaban familiares de otros militares, nos quedamos con esa mala experiencia por el trabajo de mi esposo.
     Mi abuela recuerda a mi padre desde muy joven, como una persona respetuosa, responsable y humilde, que a pesar de que la mayoría de tiempo se encontraba fuera de casa siempre estuvo pendiente de que a sus hijas y a su esposa no les faltara nada.
     Hace unos cuatro años atrás mi padre, el Sgto Túquerres, decidió terminar su vida militar y se jubiló. Desde ese momento ha tratado de recompensar con nosotras todo el tiempo que perdió al estar lejos. De todas formas, no ha abandonado la milicia definitivamente, en su negocio siempre está en contacto con sus compañeros de leva y con sus clientes militares, que siempre al llegar le dicen “confirme mi sargento Túquerres”.
     Siempre apasionado por el color verde pixelado, creo que mi padre, nunca dejará de ser militar……

FRASE
“No me arrepiento de haber entrado al ejército, yo he servido a la patria, y la institución también me ha recompensado. Estoy conforme con ello”

Autor: Melissa Tuquerres

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