COMEDOR PARA ANCIANOS EN PUENGASÍ, CUMPLIRÁ SU PRIMERA VEINTENA.
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Ancianos reciben el almuerzo después de la misa dominical
de la tarde en la iglesia Virgen Peregrina de Puengasi. (J. Fernández)
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Gracias a las donaciones y el voluntariado de jóvenes, es que el comedor de Puengasí para ancianos siga saliendo a flote, a pesar de las crisis.
El comedor comunitario San Gabriel
de la Dolorosa , en el barrio Puengasí, da de comer a alrededor de 35 ancianos con escasos recursos los siete días a la semana, gracias a sus voluntarios.
Desde el año 2000, y a cargo del ex párroco Miguel Ángel Pardillo, la
comunidad de la iglesia Virgen Peregrina creó el conocido comedor comunitario
para ancianos San Gabriel de la Dolorosa, con la finalidad de brindar ayuda y
comida a personas de la tercera edad que no puedan valerse por sí solos.
El comedor inició ayudando a una cantidad de 6 ancianos, dándoles de comer
únicamente dos días a la semana, contaban con cuatro personas a cargo de esta actividad que, a su vez, eran personal de la misma iglesia. Guadalupe Vizuete, asistente parroquial y mano derecha del párroco, asegura que el auge de
esta iniciativa no pudo haber sido posible sin la inmensa ayuda
caritativa del barrio.
En la actualidad, y después de casi dos décadas, el comedor sigue con
las puertas abiertas para brindar ayuda a quienes los necesiten. Incluso, con
la llegada el nuevo padre Rafael Sánchez, el comedor de ancianos pasó de ser un
grupo común, a asemejarse a una familia que comparte viajes, fiestas navideñas,
cumpleaños y actividades recreativas juntos.
Edwin Guaynalla, militar en servicio pasivo y voluntario del comedor,
declaró que, a pesar del funcionamiento del grupo, la ayuda comienza a
escasear: “hay temporadas en las que ayudan bastante y otras en las que no”.
Es por esta razón que el comedor se ha visto forzado en atender únicamente
cuatro días a la semana mientras las provisiones y el voluntariado sea bajo.
FRASE:
“No sé qué sucede en
la parroquia, pero está bajando la ayuda que se les da a los viejitos” Edwin
Guaynalla. Militar en servicio pasivo.
Similares comentarios se encontró en moradores y habitantes del barrio,
como Blanca Torres, comunicadora y permanente asistente a las misas
dominicales, que asegura que la ayuda no falta en ninguna semana, pero la
cantidad de personas necesitadas ha aumentado demasiado, e incluso ahora
asisten no solo ancianos, sino migrantes, jóvenes de la calle o simplemente
adultos que necesitan compañía.
Aún así, el comedor no pierde las esperanzas de seguir con ésta ayuda
que se hace a sus queridos ancianos velando por su seguridad y confort. Y poder
cumplir así otros veinte años más de fundación.
CIFRA:
El comedor pasó de atender a 6 ancianos, a 35 ancianos en la actualidad.
Autor: Juan Pablo Carrera Jiménez.
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